A pesar de amanecer el día lluvioso (y de que la previsión incidía en este hecho) Iván y yo no nos desanimamos y, después de convencer a Antonio para que se viniese, nos pusimos en marcha cap a Riudecanyes.
Salimos alrededor de las 8'30h acompañados, como no, de una fina lluvia que no nos abandonaría hasta mediada la mañana (hasta el desayuno, para ser más concretos). Para entonces ya habíamos superado el Col de la Teixeta, pasado por poblaciones como Porrera y Gratallops, donde nos detuvimos a desayunar, no sin antes sufrir el primero de mis pinchazos:
Al menos se vió compensado con "ese peacho" desayuno que nos metimos entre pecho y espalda: mongetas con butifarra del país + butifarra negra y acompañado de buen vino del Priorat, lo ideal para volver a coger la bici!!!
Eso sí, me temo que lo quemamos sobradamente con lo que nos esperaba por delante. Primero con la ascensión al Parc Eòlic de Trucafort:
Y por último con la subida al Castell d'Escornalbou, en lo alto de Riudecanyes, que, si bien no hicimos por su lado más duro, ya que nos confundimos y acabamos subiendo por Vilanova d'Escornalbou, no desmerecía en nada su dureza:
Al final todo lo dimos por bien empleado al poder disfrutar de un día completo de ciclismo y turismo del bueno!
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